Óscar David Benavides Ángulo: un líder que no se resignó al olvido
En una pequeña vereda llamada Tangareal Carretera, ubicada en el cálido y olvidado municipio de Tumaco, Nariño, nació Óscar David Benavides Ángulo, un líder nato que desde sus primeros años se resistió a seguir el guión del abandono, la violencia y el silencio al que han condenado históricamente a su gente. Hoy, a pesar de su juventud es abogado especialista en Derecho Administrativo, líder social con enfoque en derechos humanos y justicia racial, un referente de inspiración para miles de jóvenes afrocolombianos que aún creen que el cambio es posible si se construye desde la raíz.
Foto: Archivo personal | Óscar David Benavides Ángulo, recibe su título como especialisrta en Derecho.Su nombre podría pasar desapercibido en los corredores del poder político, pero su historia merece ocupar titulares. A sus 10 años, de edad ya hablaba de economía comunitaria mientras administraba una pequeña tienda, financiada con el dinero que obtuvo llenando bolsas de tierra para cultivar palma de aceite durante sus vacaciones escolares. No era un niño común. Su tiempo lo invertía escuchando a las sabedoras y sabedores de su pueblo, quienes le transmitieron saberes ancestrales; ritos católicos en latín, medicina tradicional, cantos espirituales y secretos para sanar males que la medicina occidental no comprende.
Foto: Archivo personal | Óscar David Benavides Ángulo, en una movilización nacional.Desde muy niño, Óscar David aprendió a distinguir entre obedecer y resistir. Su rebeldía no era simple desobediencia: era pensamiento crítico. Fue personero estudiantil y, en medio de una escuela olvidada por el Estado, denunció el desvío de alimentos del Programa de Alimentación Escolar PAE. Se enfrentó a directivos y padres de familia que se lucraban con el hambre de las niñas y niños. Esa osadía le costó amenazas y exilio forzado en su propia tierra: su madre decidió enviarlo a Bogotá, no para alejarlo de sus raíces, sino para proteger su vida.
Su vida en la capital no fue nada fácil. Trabajó vendiendo helados y dulces en parques, sobrevivió como vendedor ambulante en la calle 80 y luego entró como operario en la empresa Aguas de Bogotá, durante la alcaldía de Gustavo Petro. Desde barrer la Carrera 7 con Calle 19, hasta liderar más de 200 operarios como jefe de Microcuencas, fue ascendiendo con base en su esfuerzo. A la par, estudiaba Derecho en las noches, después de extensas jornadas laborales. Su vida era un acto de resistencia cotidiana: trabajar, estudiar y soñar.
La historia de Óscar Benavides Ángulo, no es solo un testimonio de superación. Es una denuncia viva de las desigualdades estructurales y también una propuesta de cambio. Es hijo de Carmen Oliva Ángulo Cortes, mujer campesina de 48 años y Jhonny Fernando Benavides Banguera, administrador de empresas de 50 años, reconoce que su crianza se la debe a su padrastro Jesus Angel Rodriguez, hombre de humilde y de condición campesina: nieto de la sabiduría ancestral tiene cinco hermanos tres por parte de mamá y dos por parte de papá. Padre de Maria Camila Benavides Silva, niña de 8 años, quien es su mayor tesoro, está casado con Diana Silva Ponce, una tumaqueña que representa también la esperanza de construir desde el amor y la complicidad política con quien se conoció en Bogotá.
Foto: Archivo personal | Óscar David Benavides Ángulo, junto a su esposa Diana e hija María Camila.El mismo dice ser diferente a otras personas porque escucha, no promete nada sino que cree en la representación autentica que construya desde las necesidades reales de los pueblos negro-afro. No busca hablar por la comunidad, sino con ella. Su compromiso con la historia lo lleva a inspirarse en mujeres como Casilda Cundumi Dembele, símbolo de la resistencia afro en Colombia, su fe le encuentra sentido en el pensamiento reformador de Martin Lutero. La voz de Celia Cruz acompaña su camino como un parlante que no se rinde ante la tristeza.
Foto: Archivo personal | Óscar David Benavides Ángulo, recibio un reconocimiento en Tumaco, por su liderazgo.Hoy su nombre suena como posible candidato, pero su aspiración no nace de un cálculo electoral, sino de un pacto ancestral con su territorio: luchar por la dignidad de quienes han sido históricamente marginados. “Quiero ser el eco de los que nunca han tenido un emisor y receptor eficaz”, dice. Y no es una frase de cajón o de alguna campaña, es el resumen de mi vida.
A los jóvenes de hoy les pide que no se resignen al cinismo, que sigan creyendo en la posibilidad de transformar desde cada lugar de incidencia: con educación, con liderazgo y con memoria. “No estamos aquí para repetir la historia, estamos aquí para escribirla distinta”.
Foto: Archivo personal | Óscar David Benavides Ángulo, junto a su amada visabuela de más de 100 años.Desde Tangareal hasta la capital aún no sabemos si lo veremos próximamente en el Congreso, el camino está sembrado. Falta el paso colectivo. Porque como diría Celia Cruz: la vida es un carnaval, pero solo si no dejamos que el dolor se vuelva costumbre.
Por: Jefferson Montaño Palacio
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