Lula da Silva alza la voz en los BRICS: “No queremos un emperador, somos países soberanos”
En una contundente declaración que resonó en el
escenario internacional, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva,
afirmó durante la Cumbre de los BRICS en Río de Janeiro: “No queremos un
emperador. Somos países soberanos”. La frase, cargada de simbolismo y dignidad
política, marcó el tono de un encuentro que busca redefinir las relaciones de
poder global y fortalecer la autonomía de las naciones del Sur Global frente a
las grandes potencias tradicionales.
Lula, anfitrión del encuentro, hizo énfasis en la
necesidad de un nuevo orden mundial basado en la multipolaridad, la cooperación
y el respeto mutuo entre las naciones. La Cumbre de los BRICS —integrada por
Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica y nuevos países invitados como Egipto,
Irán y Etiopía— se ha convertido en un contrapeso estratégico al dominio
occidental en temas económicos, financieros y geopolíticos.
El mensaje del presidente brasileño fue interpretado como una crítica velada a las presiones externas, especialmente de Estados Unidos, en asuntos internos de los países del bloque. “No podemos aceptar que se nos dicte qué hacer con nuestras economías, nuestras decisiones políticas o nuestras alianzas. El tiempo del tutelaje ya pasó”, agregó Lula, recibiendo aplausos de las delegaciones asistentes.
Durante la cumbre, los líderes discutieron temas
clave como la creación de una moneda común para el comercio entre países BRICS,
la ampliación del banco de desarrollo del grupo y el fortalecimiento de cadenas
de suministro independientes. Estos esfuerzos buscan reducir la dependencia del
dólar y de instituciones dominadas por potencias del Norte global, como el
Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El discurso de Lula también resaltó la importancia
de la unidad política y económica entre los países del Sur. “La historia nos ha
mostrado que divididos somos vulnerables, pero unidos podemos construir una
alternativa real, solidaria y justa para nuestros pueblos”, afirmó. En este
sentido, Brasil ha reiterado su compromiso con la integración latinoamericana
como prioridad estratégica.
La Cumbre de Río también evidenció el respaldo
mutuo entre gobiernos progresistas y democráticos frente a las presiones
externas. Se reiteró el principio de no intervención y se expresó preocupación
por las sanciones unilaterales, los intentos de desestabilización y el
espionaje geopolítico que afectan a varias de las naciones del bloque.
La frase “no queremos un emperador” quedará como
una consigna histórica de esta cumbre, que busca afirmar la soberanía de los
pueblos en un mundo que clama por equilibrios más justos. Lula da Silva se
consolidó como una de las voces más firmes y lúcidas del Sur Global,
defendiendo un camino de dignidad, paz y cooperación para las próximas décadas.
Informe: redacción tercera RAÍZ
0 Comentarios