Las vergüenzas
de algunas fundaciones y “líderes afros”
Los periodistas habitualmente escribimos de las desgracias de las comunidades; pero casi nunca de las propias. Hoy voy a romper con esa tradición por una razón: lo que les voy a relatar puede evitar desgracias comunitarias causadas por lobos disfrazados de ovejas. La historia es la siguiente: Soy propietario de un apartamento que alquilo. Cierto día llegó el señor Marco Antonio Mosquera Sánchez a solicitarlo; y luego de presentar una documentación que lo acreditaba como contratista del Frente Nacional Afrocolombiano, FRENACOL, siendo su coordinador de proyectos étnicos para el Ministerio del Interior, con una asignación mensual de $6.500.000, se lo alquilé. El “líder de las comunidades-pueblo afro” llegaba en un carro con escolta chofer, al parecer asignado por la Unidad Nacional de Protección, y además narraba que tenía contratos con la Secretaría de Agricultura de la gobernación del Valle del Cauca. A medida que avanzaba su estadía en el apartamento, este sujeto empezó a evidenciar incumplimientos en sus pagos y, cada vez que se le requería por ellos, acudía a excusas como que lo habían operado de algo, tenía un familiar enfermo y otras argucias. Alguna vez llegó a sostener que estaba viviendo un luto por el asesinato de un padrastro en Florida, según él, hermano del abatido excomandante de las extintas FARC, alias Zepplin.
Foto: Archivo personal | Carta laboral expedida por la Fundación FRENACOL.Yo, ante tantos relatos dramáticos, acudía a mi sentir humanista y le seguía dando plazos para que se pusiera al día. Hasta que llegó a un tope considerable la deuda y al decirle que me desocupara el apartamento, este individuo tuvo la habilidad de proponerme firmar una letra. Yo acepté ante la promesa que esa letra me la pagaba en quince días. Se venció ese plazo y el sujeto no se volvió a aparecer en el apartamento. Ante las múltiples llamadas que le hice y el anuncio de que iba a entrar al apartamento; y no encontrar respuesta, ingrese al inmueble; y oh, sorpresa: el apartamento estaba desocupado y en un estado deplorable. Entrar me causó náuseas: había un basurero de residuos orgánicos y restos de comida espeluznante. El lugar apestaba, estaba hediondo y el sanitario atestado de las heces del “líder de las negritudes” y el cesto de la basura, rebozado de sus miserias. Ese panorama me generó mucha indignación. Inmediatamente procedí a llamar a Ángel Eduardo Murillo Mosquera, el representante legal del Frente Nacional Afrocolombiano, para ponerlo al tanto del robo del dinero y de la vergüenza de contratista que tiene.
El señor Murillo, quien ha sido candidato a la Cámara de Representantes por la circunscripción especial de las comunidades-pueblo afro, se mueve mucho por Guacarí y se le ve posando en fotos junto a la gobernadora del Valle, Dilían Francisca Toro. Dijo que la certificación laboral que había presentado su colaborador cercano era falsa y que haber usado su cédula de ciudadanía para postularlo como fiador en el alquiler del apartamento era un abuso de confianza del sujeto Marco Antonio Mosquera. El señor Ángel Eduardo Murillo prometió hablar con su colaborador cercano para que pagara la deuda, hecho que no se vio. Tampoco vi por ningún lado denuncia ante la Fiscalía General de la Nación por falsedad en documento privado o por abuso de confianza. Es más: el sujeto sigue laborando en la Fundación FRENACOL y se le ve haciendo vida social en su natal Florida; también en Cali y Palmira.
Foto: Archivo personal | En 2022, Ángel Eduardo Murillo, representante legal de FRENACOL, fue candidato a la Cámara de Representantes.
Escribo este artículo para reflexionar sobre la vergüenza de ciertas Fundaciones y “liderazgos” de las organizaciones de afrocolombianos que andan por ahí engañando y robando a las comunidades. Son parte del entramado de actuaciones decadentes que tienen a nuestra sociedad sumida en la corrupción, la pobreza y la violencia. Bueno saber quiénes son sus aliados políticos.
Foto: Internet | Ángel Eduardo Murillo, director de FRENACOL, en capacitación de la ANT. Cali, 2023.Es
hora que las comunidades-pueblos afrodescendientes identifiquen a esas entidades y
sujetos; y que la institucionalidad departamental y nacional le cierren las
prebendas y recursos a esas organizaciones y personajes que impunemente
deambulan a diestra y siniestra haciendo daño y denigrando a la comunidad-pueblo afro;
una comunidad digna, resiliente, honesta y trabajadora por la paz y la
reconciliación nacional.
Por:
Raúl Ramírez Tovar
Periodista
de RTVC Noticias
0 Comentarios