Comunidad internacional repudia ataques racistas y xenófobos perpetrados contra familia afrocolombiana-española
La ONG Colombia Acuerdo de Paz condena
enérgicamente el ataque racista y la detención abusiva cometidos contra Layli
Colorado, sus padres y su amigo. La ciudad de Valencia, liderada por la
alcaldesa María José Catalá, debe emitir una disculpa formal a esta familia. Es
imperativo que las autoridades competentes investiguen a la policía y lleven
ante la justicia a los responsables de estos abusos.
Por: Equipo Colombia Acuerdo de Paz
La
ciudad debe activar el III Plan de Acción de Lucha contra los Delitos de Odio
(2025-2028), una estrategia que refuerza la protección de las víctimas mejora
la respuesta de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCS) y fortalece
la cooperación con organismos nacionales e internacionales. Este plan fue
formulado a raíz de que el Ministerio del Interior reportó un alarmante aumento
del 21% en los delitos de odio durante 2023. El sábado 17 de mayo, alrededor de
las 3 de la tarde, Layli Colorado, una inmigrante colombiana con doble
nacionalidad de 26 años, caminaba por la calle San Vicente Mártir en Valencia,
España, para reunirse con sus padres en casa de una amiga. La acompañaba su
hijo autista de tres años.
Durante
su trayecto, se encontró con dos agentes que estaban deteniendo a un par de
jóvenes en la acera. Uno de los policías estaba de pie sobre el torso de uno de
ellos, mientras que el otro se encontraba sobre el tobillo del segundo. Una
mujer española criticaba la actuación policial en ese instante. De forma
inexplicable, uno de los agentes le gritó a Layli que no se metiera en sus
asuntos, pese a que ella no había emitido ni una palabra. Al continuar su
camino, un policía le exigió agresivamente su identificación. Layli se negó,
argumentando que no había cometido ninguna infracción. Ante su negativa, el
agente la agarró, la empujó contra un coche, la esposó, la tiró al suelo y comenzó
a golpearla brutalmente. Layli, temiendo por la seguridad de su hijo pequeño,
comenzó a gritar. Sus gritos alertaron a sus padres, un amigo y a vecinos del
lugar. Al ver tal crueldad, su madre cuestionó desesperadamente a los agentes
sobre la razón del trato hacia su hija. En respuesta, la policía la agarró por
el pelo, la tiró al suelo y la golpeó repetidamente con porras, de manera
desproporcionada. También agredieron a su padre y a su amigo, mientras más
agentes se unían a la golpiza.
Todo
fue grabado por los vecinos con sus teléfonos móviles. La policía detuvo a
Layli, a su amigo y a sus padres. Los encerraron en una pequeña habitación sin
cámaras durante más de 24 horas. Según Layli, ocho agentes le propinaron
insultos y golpizas, amenazándola con romperle los dientes si no se comportaba.
Los otros miembros de la familia recibieron un trato similar. Posteriormente,
fueron al hospital a causa de hematomas y otras lesiones infligidas por la
policía.
Las
pruebas videográficas apuntan inequívocamente hacia un perfil racial que
justificó un uso brutal y arbitrario de la fuerza por parte de la policía
contra esta familia afrodescendiente. Aunque también estaba presente una mujer
española, ella no sufrió el mismo destino, a pesar de sus críticas hacia la actuación
policial.
Instamos
a todos los que creen en la justicia y en la dignidad de los pueblos
afrodescendientes a condenar estas atroces acciones de la policía de Valencia.
Para
más información favor contactarnos a: colombiacuerdodepaz@gmail.com
0 Comentarios